Personalmente para mi, cada Miércoles Santo es especial por muchos motivos, pero este año además de todos esos motivos tenia una esperanza y una promesa, por lo que se convertía en un Miércoles Santo muy importante. Todo ello y sabiendo que haría buen tiempo pues era un escenario perfecto para comenzar la mañana desde tempranito, por el barrio de Nervión. Cómo siempre desde hace ya años, a ver salir a la Hermandad de la Sed de frente y con perspectiva y así con la alegría de un barrio cuando se abren sus puertas, y avanza su Cruz de Guía, se hizo el silencio cuando una nube de incienso nos anunciaba que el Santísimo Cristo de la Sed estaba a punto de salir, pronto aparecian sus maniguetas doradas y el comienzo del monte de claveles rojos que exornaban este año al Crucificado, que aparecía con la Cruz hundida en el monte y el Cristo enterrado hasta casi el sudario. Ataviado con corona de espinas y potencias, poco a poco y aguantando la delantera mientras de bajaba la rampa, cuando sonaron los primeros acordes de su marcha, compuesta por López Laserna. Aplausos de un barrio que veía mientras avanzaba el paso como se iba subiendo la Cruz hasta estar completamente en lo alto, nuestro Cristo, contemplándonos, más vivo que nunca…Cuando aún sentíamos las cornetas de San Juan Evangelista, ya se producía la primera levantá del Palio de la Virgen de Consolación, uno de los grandes estrenos de patrimonio de esta Semana Santa, de nuevo todo el barrio se hace silencio, cuando se ve asomarse la delantera de la nueva bambalina a las puertas de la Concepción. Poco a poco y salvando cada parejas de varales el dintel de la Parroquia, avanzaba sabiendo sus costaleros que también para ellos era un Miércoles Santo especial, por el esfuerzo de una hermandad de ir mejorando su patrimonio y el que merece la Reina del Consuelo de Nervión, avanzaba con sus brillantes y relucientes bambalinas que se reflejaban con la luz de sus ojos y el brillo de sus lagrimas. Mientras bajaba la rampa sonaba el himno y comenzó su revirá para avanzar por la Calle Cristo de la Sed. Así poco a poco iba acompañando a la hermandad por San Juan de Dios, por la Puerta de Carmona, maravilloso verlo en la calle Santiago en el saludo a la Hermandad de la Redención, por Santa Catalina, hasta llegar a la calle Orfila. Disfruté de lo lindo con la hermandad.
Ya una vez metida la Cofradía de Nervión en Carrera Oficial,
nos adentramos por la Calle Cuna para ir en busca del Crucificado de la Salud
de San Bernardo, con su andar siempre de frente y custodiado por la Artillería,
con su monte de claveles rojos salpicados de lirios en pequeñas cantidades,
increíble ver esta imagen en la estrechez de esta calle. Viendo pasar sus
largas filas de nazarenos, pues llegó la Virgen del Refugío con sus jarras de
claveles blancas, sus flores de cera y su reflejo dorado en los varales de
plata.
Una vez que pudimos avanzar tras ver la maravillosa trasera
del paso de palio de la Cofradía de San Bernardo nos marchamos a la Cuesta del
Rosario, justo en la salida de la larga calle Francos, vimos revirar con su
andar con el izquierdo por delante el paso de Misterio de las Negaciones de San
Pedro, el Señor de la Paz vestido con túnica blanca lisa, avanza en una larga
chicotá desde su revirá de la C/ Francos a la Cuesta del Rosario. Aún sin
terminar de dorar, al menos el costero izquierdo, en sus cartelas, sonaba la
marcha “Sentimiento Gitano” cuando pasaba ante nuestros ojos. Pronto vimos
aparecer los ciriales que anteceden a la Virgen del Carmen, con la miniatura de
la Virgen de la Esperanza de Triana en la delantera en el centro de la
candeleria, avanzaba este paso de Palio que poco a poco también vamos
apreciando Semana Santa a Semana Santa de cómo va terminándose. Y con sones
trianeros, con la marcha “Triana de Esperanza” pasó en el comienzo de la Cuesta
del Rosario, esta Virgen de nombre tan arraigado con el mar, y con los
marineros, la Dolorosa del Carmen.
Justo desde este punto nos marchamos a la otra Cuesta, la
del Bacalao, o bien la Calle Argote de Molina, allí esperamos a la Cofradía del
Buen Fin. Pronto llegó la Cruz de Guía con la policía abriéndole paso, y sin
esperar mucho tiempo lo vimos venir desde la calle Alemanes, siempre de frente
y con andar pausado, lo vimos revirar, hasta coger la cuesta con fuerza de los
costaleros y dando una larga chicotá hasta estar completamente arriba, a los
sones de la Centuria. Con la Marcha Palma los niños te coronan, reviró el paso
de la Virgen de la Palma hacia la Cuesta del Bacalao, una de las marchas que se
realizaron para su coronación canónica, y justo a nuestra altura cogiendo la
curva para comenzar la subida de la calle una espectacular lluvia de pétalos
nos sorprendió entre aplausos de los que estábamos allí. Para subir la calle se
tocó la marcha Campanillero, con andar lento, aguantando la trasera el peso y
con unas mecidas preciosas de este espectacular paso de palio.
Inmediatamente tras la Virgen de la Palma, la Cruz de Guía
de la Cofradía de la Sagrada Lanzada, poco a poco intentamos pasarnos a la
Calle Alemanes para salir después en busca de la Cofradía del Baratillo, y lo
logramos, pronto encontramos revirando de placentines a la Calle Alemanes al
misterio de la Lanzada que paso a los sones de la marcha “Guadalquivir” para
comenzar a revirar para la Cuesta del Bacalao, una vuelta lentísima, sobre los
pies, y dejándonos ver el paso de misterio por todos sus lados, y aun sin
terminar se enlazó la marcha “La Pasión” interpretada como siempre por la Banda
de las Tres Caídas.Pronto hasta nosotros llegó la Virgen del Buen Fin a los
sones de la marcha “Al Cielo con ella” que ya reviraba desde la Calle
Placentines, de forma elegante y sobre
los pies avanzaba por Alemanes cuando se arrió el Palio antes de girar a Argote
de Molina y comenzó a sonar “Alma de la Trinidad”.
Tras esperar que se despejara todo un poco, pasamos el cruce
peatonal por la C/ García Vinuesa para ir hasta la C/ Arfe ya había pasado la
Cruz de Guía del Baratillo cuando llegamos, por lo que pronto vimos el paso de
la Piedad con el Señor de la Misericordia que tras terminar una marcha se paro
un poco mas adelante nuestra, tras levantarse al cielo, echo andar con su
particular movimiento para dar realismo con el sudario al viento, y comenzó la
marcha que tiene notas de las Saetas del Silencio y que no se como se llama,
eso si dio una chicotá enorme hasta adentrarse en la C/ Adriano. La espera al
Paso de Palio de la Virgen de la Caridad se nos hizo un poco largo, claro que
estaba ya la Piedad entrando en su Capilla y todo estaba mas relentizado, pero
mereció la pena, pudimos contemplarla despacio, con ese arte al andar, y con la
marcha “Rocío”.
A la Cofradía de las Siete Palabras decidimos buscarla por
la C/ Alfonso XII, y por allí ya apareció desde la Campana de vuelta el Señor
de las Misericordias, este nazareno poco conocido por el público en general
pero que muestra una dulzura incomparable, en las dos esquinas de la delantera,
las águilas bicéfalas, en la trasera su hueco, tras haber sido robadas este
cuaresma pasada. Con la zancá abierta y en completo silencio paso como una
exhalación adentrándose por la calle larga. Nosotros nos adelantamos un poco más
hacia la Plaza del Duque para ver el misterio de las Siete Palabras. Gran
vuelta desde la Campana al Duque, con paso corto, sobre los pies y todo el
mundo mirando hacia lo más alto, al Señor, que en este misterio alcanza una
altura increíble, si me gusta verlo venir, la trasera de este misterio es
inconfundible. Aún avanzamos un poco mas hacia la C/ Tetuán para ver a la
Virgen de la Cabeza, con la marcha
“Cachorro, Saeta Sevillana” avanzó delante de nosotros con el compás abierto y
reviró hacia el Duque también de una forma rapidísima.
Y de aquí nos marchamos para el Salvador, una plaza del
Salvador donde no cabía ni un alfiler pero donde haciéndonos hueco pudimos ver
el paso de misterio del Prendimiento que ya estaba casi en mitad de la plaza,
entonces sonaba, “Sagrado Decreto”, sobre los pies para adelantar el izquierdo,
para pasar de costero a costero y un poco antes del quiosco pegado casi a la C/
Cuna, se balanceó como un barco, para rematar la marcha. Tras una pequeña
parada, se levantó al cielo para que sonara “Costalero del Soberano”. Tras
dejar el misterio casi en la C/ Cuna, nos marchamos para buscar a la Virgen de
Regla. Y en una de las bocacalles que asomaban a Francos, nos la encontramos de
frente, preciosa como siempre y aunque no pudimos disfrutar mucho de ella, lo
que vimos fue un sueño con el que nos acostamos esa madrugada de Jueves Santo.
Una lástima que la Hermandad del Cristo de Burgos fue la que
se nos escapó, pero en esta jornada interminable, no pudimos hacer mas ni ver
mas…pero con ello nos dimos por satisfecho.
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