El muy esperado Domingo de Pasión por fin llegó, un día al
que habría que ampliar en horas para que de tiempo de todo, y más aún si toca
votar…
Con atención intenté escuchar un pregón cual me enganchó
desde el principio, porque por fin, después de varios años de pregones
imposibles, entendibles para pocos (periodistas, políticos y poetas), sin mucho
que decir de lo que se avecina, ya que han parecido mas mítines políticos y sermones,
por fin algo para cristianos, cofrades, hermanos y devotos…todos.
Me gustó a pesar de su letra extensiva, que nos contase su
vivencia entre las cofradías como las hemos mamado desde pequeños, casi todos,
me gustó su fe con sus Reinas del Arenal, sus llamadas a las distintas nuevas
hermandades que se abrieron ante él para formar parte de ellas a lo largo de su
vida. Me gustó sus dedicadas palabras al Señor del Silencio de la Hermandad de
la Amargura, las dedicadas a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, me conmovió
como hablo de la Esperanza de San Gil, un trianero cuyo nombre había utilizado
para su propia hija, Macarena, me gustó las visitas de los fieles los Viernes
por San Lorenzo, el detalle de las letras dedicadas a la Virgen Niña de Gracia
y Esperanza, también el guiño a las Hermandades de Barrio, Nervión, San
Bernardo, el Tardón….y su crítica de no acotar de vallas calles y puertas de
iglesias para que la manifestación de fe no fuesen solo para algunos, los
pasajes oscuros para poder estar más en armonía con algunos pasos de nuestras Cofradías,
también me llamó la atención que este pregonero, no fuese de sillas en campana
y si de pateos incansables en busca de la mejor estampa entre reviras y plazas.
No me gustó que no se acordase de las Hermandades de
Vísperas, o si se acordó (ya que al parecer decidió saltar la parte dedicadas a
ellas por falta de tiempo), tendría que haberlo terminado, qué más daba Cinco
minutos más a las Dos horas y cuarto que iba, ya era largo de por sí, no se
hubiese notado. Creo que forman parte de todo esto y hacen una labor encomiable
a la altura de cualquiera de las que salen desde el Domingo de Ramos al de
Resurrección. No me gustó que nombrase “La Resurrección”, pero en ningún
momento dirigiéndose a los hermanos que el mismo Domingo salen después de la
Soledad, en la que si fue nombrada en varias ocasiones como final de la Semana
Santa….
Conclusión: un pregón
largo y esperado, no por el nombre en cuestión del autor, sino por el contenido, queríamos escuchar un pregón que
hablara de la Fe, la Pasión, la Semana Santa y las Cofradías, y este lo ha
sido…he dicho.
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