Un rayo de luz y de esperanza nos daban en la decisión que
se tomó desde la Cofradía del Amor, que decidió esperar a la salida de la
segunda parte del cortejo.
Tras las pocas posibilidades que quedaban, debido a sólo las
4 hermandades que pudieron salir, decidí marcharme a la plaza del Salvados,
coger un buen sitio junto a la rampa y ver por allí a la Hermandad de la
Amargura, y por supuesto la completa hermandad del Amor. Y así ocurrió, vimos
venir por Villegas el imponente paso de misterio del Señor del Silencio en el
Desprecio de Herodes, con su andar valiente, siempre sobre los pies y a los
sones de Cristo del Amor, pronto llegó la bellísima imagen de la Virgen de la
Amargura, imagen imprescindible en mi Semana Santa y en mis Domingos de Ramos,
a los sones de Virgen del Dulce Nombre y para marcharse por cuna como no podía
ser de otra forma, con Amarguras.
Pronto apareció la policía abriéndole paso a la Cruz de Guía
del Amor, y entre palmas rizadas y niños, muchos para las horas que eran, llego
la palmera meciendo al Zaqueo y pudimos revivir esa entrada en Jerusalén a
lomos de una burra, en una noche cerrada, a los sones de la Banda del Sol y
tocando Réquiem y Cristo del Amor, hasta subir la rampa con paro lento y sobre
los pies hasta que entró. Entonces llegaron las túnicas negras, con los cirios
al cuadril y un silencio que antecedía entre incienso al maravilloso Cristo del
Amor, con la plaza a oscuras y echando de menos la Saeta del Perejil, paso como
un suspiro, impresionante la imagen de la trasera del paso encuadrada en la
puerta del Salvador, con los altísimos guardabrisas encendidos y el pelícano
dándonos lecciones de Amor. Y por fin el remate final, el exquisito palio de
maya de oro que cobija a la Señora del Socorro, con toda la candelería
encendida, en medio de la oscuridad y a los sones de unas de las mejores
marchas compuestas para una noche como esta, “La Madrugá” avanzó por en centro de la plaza hasta enfilar la larga rampa.
Una fotografía exquisita, elegante e impresionante para despedir nuestra ya
madrugada de Lunes Santo.
Un Domingo agridulce que nos dejó sin el estreno de la
túnica del Señor de la Victoria y de la Hermosa y esperanzadora Señora de la
Paz, Sin el maravilloso misterio de Jesús Despojado saliendo por la puerta del
Arenal a los sones de “Al Compás de la Laguna”, tampoco pudimos ver el estreno
del maravilloso manto bordado en oro, con mucho esfuerzo de sus hermanos, de la
Virgen de los Dolores y Misericordia. Tampoco pudimos ver el elegante palio de
la Virgen del Subterráneo, con esas marchas escogidas en su repertorio
exquisito y con esos claveles rosas que suele adornarla, ni escuchamos a la
escolanía de los niños que acompañan al Señor de la Humildad y Paciencia, y
como no una imagen que nunca me suelo perder, el misterio de la Sagrada Cena,
recientemente restaurado, a los sones de
la marcha Eucaristía…
ME ENCATA TU BLOG PRIMA ES GENIAL,QUE BONITAS PALABRAS Y QUE BIEN ESPRESADO TODO.
ResponderEliminarDE SUSANA.