Tras disfrutar de la bellísima entrada del paso de Palio de
la Madre de la Merced, anduve hasta las sillas de la Avenida y allí tome un
café para ir entrando un poco en la rutina de la madrugá, se anunciaba desde
los medios que sería una noche fría, por lo que alguna vez más tomaríamos algo
calentito. Aun la temperatura era normal, no apreciaba aun ese frio que
comenzaría en breve a caer sobre la ciudad más bella del mundo. El Giraldillo
lucia sus mejores ganas para la noche más hermosa que se vive en esta ciudad
llena de fe y de devoción.
La Avenida se iba poblando poco a poco de personas aunque
era evidente que no estaríamos completos, pero al menos hasta que pasa la
Esperanza Macarena la afluencia a las sillas, al menos en la zona donde
estoy, después es cierto que muchos
toman algo mientras pasa la hermandad del Calvario, una pena porque se pierden
una joya de hermandad, cuando pasa la Esperanza de Triana parece que un nuevo
tumulto de personas vuelven a ocupar las sillas, incluso algunos aguantan hasta
ver pasar al Señor de la Salud de los gitanos, sin embargo, solo ocupamos las
primeras filas las que aguantamos todo
por ella, no saben lo que se pierden, quienes no esperan para ver la cara
hermosa, de Madre, de la Virgen de las Angustias Coronada.
Foto: Eduardo Briones |
De nuevo un río de nazarenos de ruan negro inundaba la
avenida de la Constitución, ya se intuía que algo grande se acercaba y como no
podía ser de otra forma, tras el cuerpo
de acolito, y la pareja de bocinas, el paso dorado con el Señor del Gran Poder,
que grande su nombre, es que suena grande solo pronunciarlo, Gran Poder, el que
todo lo puede, el que cada sevillano y sevillana guardamos en un trocito de
nuestro corazón y al que en cualquier momento lo necesitamos y le rezamos,
¿Quién no le ha rezado al Gran Poder alguna vez?...Impresionante siempre su
besamanos, se me queda el corazón pequeñito, pero late muy deprisa cada vez que
voy a verlo cada Sábado de Pasión cuando estamos metidos en las doce de la
noche y aguardo esa cola en San Lorenzo para encontrarnos, quien no haya ido,
que valla, y que me cuente si ese momento no es uno de los mas importante que
ha vivido en esta vida…volviendo a la Avenida, el silencio, esta pasando el
hijo de Dios delante de nosotros, con humildad, con misericordia, con un dolor
contenido para que nosotros no nos preocupemos más de lo que debemos,
portentosa su corona cernida sobre sus sienes, las potencias de divinidad, y
esa túnica bordada la cual descubro, ya que la última vez que el Señor salió
con túnica bordada por enfermedad no pude contemplarlo, que regalo para los
sentidos, el racheo de sus costalero s y
la voz inconfundible de su capataz, nos envuelve en un sueño profundo del que
no queremos despertar, una saeta suena mientras se nos va alejando camino de la
Catedral.
Foto: J M Serrano |
Delicada con una rosa entre las espinas, aparece la Virgen
del Mayor Dolor y Traspaso, en su eterna conversación con el discípulo más
joven, San Juan, delicadeza en su rostro, en su llanto, en sus manos, y en su
mirada. El palio de cajón, con andar abierto moviéndose airosamente sus
bambalinas, claveles blancos en sus jarras, y blanco para su tocado sencillo,
mostrando su puñal en su lado izquierdo.
Completamente en silencio, paso como un suspiro ante nosotros, quizás demasiado
rápida para poder pararnos a contemplarla como se merece.
Foto: @info cofrade |
Avanzaba la noche y llegaba los nazarenos de terciopelo
morado que forman parte del cortejo del paso de misterio de la Sentencia, no
hizo falta esperar mucho tiempo para comenzar a escuchar la trompetería y los
tambores de la Centuria Macarena, sin dejar de tocar marcha avanzaba el barco
del Señor al que le leen la sentencia siendo todos nosotros testigos de ello,
con un andar más pausado que en otras ocasiones, deleito de costero a costero,
repito desde mi percepción mas cortito, o lento, y abriendo el paso sin perder
su peculiaridad en su andar. Al viento plumas blanca, con compás, el Señor con
túnica granate en terciopelo y bordada en oro. Claveles rojos como friso sobre
el canasto. Por la trasera un Poncio Pilatos, quiero pensar, que siendo
consciente de lo que ha hecho, cabizbajo, mientras Claudia le pide clemencia
para el reo. Precioso este paso de misterio. Miramos como se no marcha y parece
que navega sobre olas blancas del cortejo de la Centuria, separadas por sus
escuadrones.
Casi media hora tuvimos que esperar para poderla ver
aparecer el principio de la Avenida, una vez abandonando el Banco de España,
con toda la candelería encendida, y con aplausos que nos hacia la espera más
corta para tenerla ante nuestros ojos,
palmas, y una chicotá menos para verla. Suerte…eso tuvimos, al tenerla
parada tan cerca prácticamente ante nosotros, un lujo. La pude contemplar durante
esos minutos en su perfil, su manos, su pañuelo, su tocado blanco en mantilla,
tres de sus mariquillas en el lado izquierdo dibujando como las tres puntas del
filo del puñal que no lleva, una cruz pectoral en el centro del tocado recogida
su lazo por el broche de oro con su nombre “Macarena” y la medalla de la ciudad con los colores de
la bandera nacional recogido con dos broches, en su derecha las otras dos
mariquillas. Saya blanca bordada en oro, con fajín y bastantes joyas prendidas
en las dos piezas. Las velas rizadas de flores entre la candelería y las más
altas escoltándola. Claveles blancos en
sus jarras colocadas en forma de fanal, azahar entremezclado con fresias en las
jarritas delanteras. Llama al martillo Antonio Santiago, y al cielo se levanta.
Suenan los tambores y se comienza a entonar una de sus marchas que no logro
identificar, todas las tulipas de los candelabros de cola encendidos, e iluminándonos el manto, que este año lucía
el de tisú verde bordado en oro, sin toca de sobremanto. Hacía mucho tiempo que
no veíamos el paso de la Esperanza Macarena tan ordenadamente pasando ante
nosotros, ha habido madrugadas que el paso andaba entremetida entre los
ciriales, y ante ella una gran bulla de nazarenos, sin embargo este año, la
parte que la antecede estaba libre, dejaba ver el paso completamente entero, y
además se gustaban los costaleros que dieron una chicotá enorme, pasaron
sobradamente la puerta del Sagrario con la misma marcha.
Dejando un hueco una vez pasando la banda que acompaña a la
Esperanza, aparece la cruz de Guía del Calvario, de nuevo la avenida se tiñe de
negro ruan, y murmullo que se hace silencio cuando suenan los golpes del
llamador haciendo la llamada al paso del crucificado del Calvario su capataz.
Nube de incienso, y sus cuatro hachones encendido con cera color tiniebla,
lirios de muerte, y claveles rojos sangre en las dos jarras que escoltan la
cruz donde esta crucificado. Sobre los respiraderos lirios sueltos entre los
bellos faroles de plata que rodean el canasto. Un silencio cortante, se alía
con el frio y la noche ya bien entrada. Apenas avanza unos metros el paso de
público desde placentines hasta García de Vinuesa, de nuevo se arria el
crucificado que deja una estampa preciosa teniendo de fondo la fachada de la Catedral.
Foto: @IgnCaceres87 |
Apenas entra el paso del Crucificado en la Catedral, y ya
vemos acercarse el segundo de los palios de cajón de la jornada, bellísimo en
terciopelo burdeos bordado en oro y en conjunto con su manto negro también
bordado en oro, La Virgen con tocado blanco, y como exorno exclusivamente el
puñal dorado, candeleria numerosa y alta
encendida por completo, claveles blancos exornan el paso de palio de la Virgen
de la Presentación, y para observar los respiraderos bordados, y la delantera
que es una maravilla con un moldurón de orfebrería que centra esta parte
delantera. Como una exhalación pasa ante nuestros ojos, se escucha el rachear
de los pies de sus costaleros y de fondo, la música que acompaña a la Esperanza
que avanza por la Cuesta del Bacalao, tal es el silencio, que se escucha
perfectamente en la lejanía.
De nuevo las capas vuelven a formar parte de la avenida, de
nuevo terciopelo morado para los nazarenos que traen aires trianeros para la
Madrugá, el frio se siente y ya comienza a calar poco a poco, para prepararnos
el cuerpo para el amanecer, en el cruce de García Vinuesa grupo de costales
blancos nos indica que habrá un relevo, donde se saldrán los que vienen y estos
les sustituirán. La trompetería suena con fuerza y el paso de misterio del Señor
de las Tres Caídas aparece ya por el Banco de España. Suena “Alma de Triana”
cuando se nos va acercando, vemos al centurión que manda al Señor a levantarse,
el Señor con potencias doradas, su corona de espinas, y su cruz hundida en su
hombro, con túnica burdeos bordada en oro. Bellísimo este paso de misterio que
esta llenos de querubines por todo el canasto, el exorno floral en tonos morados y rojos, rosas, lirios y otras flores
que no distingo entre tanta harmonía. Embobados estábamos cuando los últimos
pasos de la marcha los hace ante nosotros, cuatro pasos hacia atrás, y de nuevo
esos cuatro hacia delante dejando caer la parte delantera sobre la trasera,
palmas, oles, palmas y más palmas, suenan en la avenida, que de nuevo parece
que se ha llenado de personas. El paso de misterio se para unos metros después
de pasarnos, pero poco tiempo, en breve se levanta y suena de nuevo otra marcha
“Abrazado a Triana”, comienza suavemente a andar, cambio el paso y mecida, dos
pasos y mecida, de nuevo comienza a andar, y cuatro pasos hacia atrás y de
nuevo los otros cuatro hacia adelante dejando caer el peso a la trasera, justo
llega hasta el cruce de García Vinuesa, donde se baja haciendo el caballo o el
cerrucho, se aplaude y se hace el relevo de sus costaleros. Tras la levanta
suena una de mis marchas favoritas “Bulería en San Román”.
Foto: @genovacafebar |
Foto: @SJ_Evangelista |
Mientras que avanzan los tramos interminables de capas
blancas y antifaces de terciopelo verde, de la Esperanza, tomamos algo caliente
para ir despidiendo la noche y dado los buenos días al amanecer, en un abrir y
cerrar de ojos aparece radiante el paso de Palio de la Esperanza de Triana, ya
metido el paso en la Avenida, suenan sones del Cerro, suena “Coronación”, y con
el compás abierto se va acercando, la candeleria encendida por completo, como
siempre y sin perder su identidad flores en abundancia, en esta ocasión en
tonos rosas y blanco, las flores la componen astilbe, jacinto, rosa
Geraldine y faith, limonium, orquideas dendrobium y paniculata, y
no es que yo sea una entendida, sino que ya es un clásico de cada Madrugá y en
casi todos los medios se anuncian, sus velas rizadas bailan con el vaivén de
sus bambalinas que suenan a gloria al chocar con el varal, tímidos aplausos se
escuchan, cuando adelanta el paso en el cambio de la marcha, y sobre la
cervecería lluvia de pétalos donde los costaleros la mecen, y parece que vuelve
a coger el compás con el paso abierto. La Virgen luce el tocado diría que en
blanco, con algún dibujo en brocado plateado, con las tablillas dispuestas para
poner encima el conocido como “refregaó” en una mantilla en tono dorado viejo,
justo en el hueco, entre el corte de tela, se le coloca el puñal con
esmeraldas, y en el centro del pecherín, en la parte dorada, el ancla de la
Esperanza, a modo de broche las flores se recogen en el lado derecho en la
parte alta del tocado. Saya blanca bordada en oro y fajín militar rojo, donde
se le prende varias joyas. Este año la Virgen de la Esperanza luce toca en hilo
de oro sobre el manto conocido como el de los Dragones. La verdad es que es de las pocas veces que he
visto pasar a la Esperanza de Triana tan rápido, tanto es así, que la marcha
comienza a sonar en cuanto entra por la Avenida y pasa el cruce de paso y aun
sigue sonando.
Foto: @LosGitanosSM |
Y por fin llegan los míos, aun me quedan algunos
años sin
poder retomar mi Estación de Penitencia, pero todo llegará, aunque lo hecho
muchísimo de menos. La Cruz que me Guía en mi caminar, ya la mañana avanzada
llega el Señor de la Salud, a buen ritmo, se asoman los evangelistas que van en
la delantera bajo esos faroles característicos de su paso y sin que se pare de sonar la música, suena
“Cristo de los Gitanos” por la Banda de la Hermandad, que cada vez toca mejor,
el señor llega como llega siempre, con el compás de su túnica, su mirada baja,
su piel morena, su corona de espinas y sus potencias de oro, de divinidad,
divinidad al andar, divinidad de salud por los que velamos a este gitano de la
cava siempre, y siempre lo tenemos presente. Cargado con su cruz, con su peso
ya soportable por los dos querubines que le ayudan desde atrás, si dos, un payo
y otro gitano, o como quieran, uno de piel blanca y otro de piel de bronce como
el Señor de la Salud, rosas rojas lleva a modo de monte tupido, aterciopeladas
para que no se haga daño en los pie. Como un suspiro pasa ante mis ojos mojados
en lágrimas y sin poder contener eso que tiene, no es fácil aguantarle la
mirada al que todo lo puede, párate, míralo, busca su mirada, y detente,
entonces todo desaparece, los sonidos, los olores, todo, y solo sientes el
latido de tu corazón que late fuerte y más fuerte, incontrolablemente fuerte…
Una tarde acércate donde esta todo el año, y hazlo, entonces, solo entonces, la
próxima vez que veas a alguien con lagrimas en los ojos ante él, entenderás que
siente en ese momento.
Y como terminar la Madrugá, ya bien metidos en la mañana del Viernes Santo, con ella, hay Madre Mía, si grande es lo que se marcha, mayor es lo que viene, como se dice por ahí, “ella es la que me puede”, no lo puedo decir mejor, pero es así, mi Madre en la tierra se llama Loli, mi madre del Cielo se llama Angustias. En la Avenida apenas somos dos filas de personas las que seguimos permaneciendo allí. Como no puedo aguantarme más, voy en busca de ella hasta la esquina de la avenida con el Banco de España, suena su marcha para palio, “bulerías es la saeta que te cantan tu gitanos…”…con elegancia en su andar, como ha heredado su hijo Gallardo de su padre, que siempre para mi será el capataz de capataces, avanza moviendo sus bambalinas de sedas de colores como sus flores en sus jarras, que maravilla, el conjunto, que maravilla de paso de palio, que respiraderos, que hermosura para la Reina de nuestros corazones. Y que puedo decir de ella, y más si cabe, desde que la delicadeza de las manos de Antonio Bejarano la viste, parece una moda o tontería, fijarse en eso, pero es fundamental que una imagen no pierda su impronta, y su belleza, sin grandes experimentos, ahí está la prueba, con la Virgen de las Tristezas, o con ella misma, con nuestra Virgen de las Angustias Coronada. Bajo su corona de Reina, la mantilla blanca, como antaño, y su manto, el manto azul pavo que es mi debilidad, blanca también la mantilla para el tocado, blanco pureza, con su puñal de oro y algunas joyas que resaltan por su brillo condicionado por la belleza de su rostro. El fajín en tonos malvas, rosas, dorado, celeste, lo mismo que las sedas que ondean en sus bambalinas y los mismos tonos que lleva en sus flores, colocadas por Floristería Suroeste, compuesto por ranumculus, fresia, hortensia, bouvardia, hypericum, brunia, rosas, asparagus, hojas de camelia en plata, uvas y espigas. El compás abierto que se le impuso al paso de la Virgen de las Angustias, ya nos hacía pensar que había algún retraso, pasaba ante nosotros pasadas las nueve y diez de la mañana y tenía que abandonar la catedral antes de las nueve y media.
Se podría decir que aquí termina una de las
jornadas, pero en realidad sigue siendo Viernes Santo y esto no para, apenas
unas horas para descansar y ponernos de nuevo en marcha para aprovechar los
últimos días que nos quedan hasta que entre la última. Eso sí como no podía ser
de otra forma, cuando caigo en la cama, me huele a canela y clavo, en mi mente
resuena siempre la misma marcha, “Reina de San Román” y caigo en un profundo
sueño cuando recuerdo la dulzura de la Virgen de las Angustias…
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